“No siempre se han de decir todas las verdades, sino
sólo aquellas que producen algún fruto” (B. Pascal)
“No podíamos pensar que el futuro sería esto, decían
—casi— unos versos de Benedetti” (Haro Tecglen)
Exponíamos ha poco por qué vemos a España como arquetipo del esperpento. Tomen lo que sigue, si leerlo les pluguiera, de resopón ad hoc. ¡Querido país!, este nuestro, prácticamente sin Ilustración (en su lugar, gritaba el pueblo “¡Vivan las caenas!”, las del infame Fernando VII, pateando sobre el santo y seña liberal “¡Viva la Pepa!” o Constitución de San José de 1.812); sin revoluciones burguesas (excepto la tardía y traicionada del 68, y la fusilada de la II República); sin clases medias en el siglo XIX (como sí hubo en Francia, Alemania, Inglaterra); sin separación total Iglesia/Estado cual en la católica Francia... y, a día de hoy, único país de Europa con absoluta impunidad de la barbarie fascista. Incluso con un destacado ministro de Franco, firmante solidario de sentencias de muerte, de senador y presidente insigne de un Partido que se supone democrático (el Presidente “de honor” es su digital sucesor Aznar, que no vean lo que escribía contra la democracia cuando era funcionario de Hacienda en Logroño). Por lo demás, el honor —decía Aldous Huxley— “se parece a las faldas de las mujeres. Se lleva largo o corto, ancho o estrecho, con enaguas o sin bragas”.
De un partido, añadimos, especializado en marear la perdiz; que, tras incendiar cuanto ha podido el tema del Estatut catalán (del que rechazaba puntos importantes que sí le habían parecido bien en otras Comunidades Autónomas), anda ahora encogidico como un pecado mortal para no molestar a CiU, a cuyo tanganillo se encomiendan para lograr el poder, y no es cosa de volver a gritar “¡Pujol, enano, habla castellano!” y haber luego de jurar que parlan catalán en el tálamo. Pues rige aquí la doctrina Mourinho: carece de valor jugar bien o mal, sólo importa ganar. ¿Tratará el PP de fichar a Mourinho? ¿Y puede darse una nación cultural y política, pero no jurídica? ¿Durante cuánto tiempo, si ya en Sentencia de octubre del 93 el Tribunal Constitucional alemán definía a la Unión Europea como “confederación de Estados democráticos”, y hoy el PP va facilitando el guión a los independentistas? Una guinda aún (más esperpento): tenemos un Estado en muchos aspectos federal, mas la Constitución se guarda bien de considerarlo tal, llenándose la boca de “Nación española” desde su primera línea.
La cuestión básica de este grave asunto es que España está “sin acabar” desde el Conde-Duque de Olivares y la imposición, luego, a cargo del primer Borbón —por derecho de victoria sobre media España— del modelo centralista francés, opuesto a mil años de tradición y hondas huellas acá: de Reconquista, Reyes Católicos y cinco Reyes Austria. Y, cuando la II República empezaba a resolver el problema, la asaltó y apioló el monipodio de militares africanistas, terratenientes explotadores, obispos poco evangélicos y contrabandistas como Juan March, más la carne de cañón extranjera de moros y legionarios y los aviones y cañones de Mussolini y Hitler. ¿Conocen ustedes otro golpe de estado triunfador gracias a Duce y Führer cuyos autores lleven tres cuartos de siglo subidos en el machito, ellos y sus descendientes; donde los magistrados de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo (prevaricando, en el análisis jurídico de uno) siguen defendiendo la validez de los homicidas consejos de guerra franquistas con el argumento de que ”aplicaron las leyes vigentes”? (A su concepto del Derecho quizá cabría aplicarle lo de Huxley sobre el honor).
Por ende, durante la dictadura militarista-fascistoide-clericaliana-bonapartista, a falta de poderes democráticos clásicos y legítimos hubo otros omnipotentes como el genocida “poder desaparecedor” (tras el tiro en la nuca). Mas Lo gravísimo es que éste continúa flamante, con más de cien mil ciudadanos “desaparecidos” y asesinados, lo cual significa otros tantos delitos permanentes. Y que gran mayoría de jueces se llaman andana sobre la materia. Así que, si un juez tira de la manta (Garzón), dejando trasero al aire a tantos otros (prescindiendo de si don Baltasar aspirase a presidente de la III República, que uno sospecha que quien de verdad aspira es “Ánsar” y a lo mejor hasta lo habló con Bush, albarcas sobre la mesa), al haber Garzón obedecido al Art. 6 y el 23.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, el 10.2 de la Constitución (sobre Tratados y Acuerdos internacionales ratificados por España), el 131.4 del Código Penal, etcétera —que, en resumen, vedan la aplicación de la Ley de Amnistía de 15/10/77 a los imprescriptibles delitos de lesa humanidad— parece haberse generado una conspiración-contra-Garzón para que el pacto político de Democracia y franquismo (suscrito bajo trágalas y coacción de éste, con el Ejército del caudillo vigilando) siga prevaleciendo espuriamente sobre todas las normas jurídicas de alto rango citadas, incluida la Constitución. Conspiración de alto copete para disuadir, cortar las alas, escarmentar en cabeza ajena a cualquier potencial investigador judicial de los crímenes contra la humanidad de la dictadura. Verde y con asas, alcarraza. Lo más triste quizá es ser el hazmerreír jurídico y moral del mundo, después de haber perseguido tantos delitos de lesa humanidad lejos de España.
Por si no me explicara bien, permitan un ejemplo, entre cien posibles, de los dobles “juegos”: ¿recuerdan la que armaron contra Garzón por pedir certificación a los Registros Civiles de la defunción de Franco, Mola, Queipo, Yagüe, Vigón, etc (en auto de 16/10/08)?. Pues el magistrado de Valencia Sr. Ceres (quien, junto al ídem Sr. De la Rúa trató de exculpar al presidente Camps por el asunto “de los trajes” en agosto de 2.009, lo que fue impedido unánimemente por el Tribunal Supremo), el Sr. Ceres, decimos, pidió que le certificaran ser Camps Presidente de la Generalitat Valenciana, sin que nadie arremetiera contra él (aunque se pueda pensar que era por dilatar el procedimiento, para que lleguen antes las Elecciones autonómicas que el eventual banquillo).
Mala cosa, en suma, los enjuagues entre Derecho y Política. Mas hablemos, por terminar, una miaja de ésta, a vuelapluma. ¡Qué hombre de suerte es ZP: tener de oponente máximo, en momentos tan difíciles, a Don Mariano el Leve! (FG también la tuvo, le tocó Fraga durante mucho tiempo). Aunque es verosímil que los candidatos a las Generales no sean Zapatero ni Rajoy. Buena parte del PP teme que, si la situación económica mejora algo y el PSOE pone a Rubalcaba o Pepiño, verbigracia, Rajoy pierda por tercera vez, emulando a San Pedro. Así que rabian pidiendo Elecciones ya, pues su mejor baza es la crisis económica. Y han tenido que aguantar el alegrón de la ciudadanía por que España ganó el Mundial de fútbol. Y encima se viene a veranear acá la familia Obama, ¡qué mala suerte!
Así que gerifaltes y carguetes del PP cuentan a sus bases que la única conjura es contra el Partido (conjura de fiscales, policías especialistas en delincuencia dineraria, funcionarios de Hacienda, interventores del Estado, incluso jueces). Y toca a los cargos públicos ser más leales al Partido que a los ciudadanos. Oigan al Conseller valenciano R. Blasco —ex PC m-l, ex Conseller del PSOE valentino, y hoy hombre fuerte del Gobierno de Camps— decir que éste debe ser Presidente aunque la Justicia le condenase por cohecho o soborno (y demás posibles delitos que están asomando la orejilla: prevaricación, financiación ilegal del Partido, delito electoral...). Camps, temo, acabará más abandonado que don Manuel Azaña. De momento, ni Rajoy ni Cospedal ni González Pons ni Trillo, ni... se hacen una foto con él, y tampoco se le proclama candidato a la Generalitat.
Mientras, el buen Rajoy juega a que la crisis económica le gane las Elecciones, y se abstiene de criticar la corrupción (por cierto, me parece que el Rey también lo omite). Así que Mariano no hace propuestas. Encima, el antes hacedor de trascendentes leyes sociales ZP le pisa el discurso, tomando medidas económicas a lo Cameron, Merkel o Berlusconi. Lo que permite a Dª Cospedal asegurar que el PP es el partido de los trabajadores (más esperpento). ¿Será, en fin, que “lo decisivo no se puede organizar democráticamente”, como sostiene el obispo ultra Kurt Krenn (tan comprensivo con la pederastia)? ¿Es la mentira básica en la vida política, en la amorosa con frecuencia, en la social? Lean a Javier de Lucas en el importante libro “¿Es conveniente engañar al pueblo?”, del Centro de Estudios Constitucionales.
¿El pueblo?: les animo a ver la estupenda película de hace un par de años “Frost/Nixon”, particularmente cuando ese ignominioso ex Presidente USA se derrumba. O lean a Louis Blanc: “El pueblo despertó asustado con el ruido de pasiones que no eran las suyas”. (Con esta frase presentaba el sabio cínico Mitterrand su obra contra De Gaulle “El golpe de estado permanente”).
José Luis Pitarch, Presidente federal de Unidad Cívica por la República
http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article17195
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