martes, 17 de julio de 2012

Mujeres indígenas y justicia consuetudinaria

Debates

Lunes 16 de julio de 2012 

Arraigo cultural, justicia consuetudinaria, identidad personal, derechos individuales frente a (o con) derechos colectivos... Las mujeres indígenas de Abya Yala buscan su lugar hoy y analizan estos temas claves desde enfoques nacionales y continentales. Estos son algunos de sus debates.

Por Blanca Diego

¿Cómo miramos el tema de la justicia los pueblos indígenas y las mujeres indígenas en particular? Nosotras somos sujetos de derechos pero ¿cómo me enfrento yo, mujer, al arraigo cultural sin representar un quiebre en mi comunidad indígena?
Este es uno de los principales escollos con los que se enfrentan las mujeres indígenas de Ecuador, Chile y Colombia cuando se sientan a analizar qué grado de justicia proveen sus sistemas consuetudinarios, la llamada justicia indígena; se preguntan si esta justicia de usos y costumbres “sirve” para todas las mujeres o si el conjunto de leyes y normas que la rigen garantiza sus derechos fundamentales para las mujeres (¿todas las mujeres?), como el derecho a una vida libre de violencia y a decidir sobre el propio cuerpo y sobre la propia vida sin necesidad de un tutor.
¿Es el derecho a la libertad y la autonomía del individuo, consagrado en convenciones y tratados, complementario con la ley indígena cuando ésta antepone la defensa de valores colectivos? ¿Hay diferencias entre países? Es decir, ¿el sistema de justicia consuetudinario es monolítico y siempre antepone los derechos colectivos a los individuales o es flexible y depende de cada pueblo o nacionalidad?
Son más las preguntas y los desafíos que las respuestas y las certezas. Se trata de un campo sin abonar y la discusión apenas comienza. En América Latina, donde nace la preocupación por el tema, la Corporación regional, feminista, Humanas ha impulsado el debate a través de la elaboración de un manual que lleva por título: Manual de Incidencia en derechos humanos de mujeres, con especial énfasis en mujeres indígenas.
Para llegar a la versión final del manual, la Corporación Humanas Ecuador, invitó a un grupo de mujeres indígenas de Colombia, Chile y Ecuador a revisar dicho manual y a mejorarlo. Si algo quedó claro en el taller, que estuvo a cargo de la experta costarricense en derechos humanos y justicia de género, la, Roxana Arroyo,  es que las preguntas son inagotables, los límites extremadamente finos y el debate pertinente y comprometedor, además de apasionante.

La mirada intencionada
Aymaras, rapanui, mapuches, quichuas, shuar, nasas y wayúu, al interior de cada una de estas nacionalidades hay voces, las de las mujeres, que cuestionan la infalibilidad de la justicia indígena frente a aquellas prácticas “culturales ancestrales” que, objetivamente, son dañinas para niñas y mujeres: ablación, encierro durante seis meses o “cesión de la niña” para casamiento.
El afán de estas pioneras del debate no es la crítica ciega o el rechazo en bloque hacia la justicia que rige sus propios pueblos sino la necesidad de concretar y dar vida a la complementariedad entre los derechos colectivos y los derechos de las mujeres.
El peligro existe: si no se llega a un entendimiento, se continuará obligando a las mujeres indígenas a vivir en un dilema permanente y a tener que hacer elecciones dolorosas entre su identidad indígena y su identidad de género. Un ejemplo: ¿Cuáles podrían ser los puntos de intersección entre el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo -que garantiza los derechos colectivos- y la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)?
La Corporación regional Humanas defiende la necesidad de una mirada nueva sobre el Convenio 169 para situar mejor al sujeto colectivo desde las mujeres.
En el fondo de la cuestión, está el axioma de que lo individual y lo colectivo no son antagónicos sino complementarios. Y entonces Humanas se pregunta, y pregunta a las mujeres indígenas: ¿Cómo hacer una lectura de los derechos humanos en clave de complementariedad e intersección y no de antagonismo? En una visión del mundo desde la colectividad y lo colectivo ¿cuán perjudicadas salen las mujeres indígenas?

Complementariedad frente a incesto, cesión o ablación
Las aludidas responden exponiendo dilemas concretos y cotidianos de sus respectivas nacionalidades. La diversidad de los pueblos queda plasmada tanto como las discriminaciones comunes. Sobre prácticas ancestrales en su pueblo, la representante del pueblo nasa[1], de Colombia, dice: “me preocupa el tema del incesto o la violencia sexual porque son temas tabú que no hablamos las mujeres para no atacar a nuestro pueblo (…) Existe el concepto de complementariedad entre el hombre y la mujer pero es una utopía. En la realidad sigue habiendo incesto y violencia, y esta es mi preocupación”.
Desde la Isla de Pascua, la representante del pueblo rapanui explica la ley del año 64 que rige en la Isla pero no en el resto de Chile, “es una ley obsoleta para casos como la violación o agresión sexual porque las penas son ridículas. Las revisiones sólo han dado paso a múltiples interpretaciones. Esto tiene un efecto negativo, enorme en las mujeres”. El contexto en Chile es particularmente grave pues la Constitución ni siquiera define a Chile como un estado multicultural o plurinacional; en consecuencia, el poder judicial no reconoce las diferentes culturas y criminaliza las prácticas ancestrales. “Las mujeres son discriminadas por ser mujer, pobre e indígena”.
Mientras que en Ecuador y en Colombia cuando una mujer indígena acude a la justicia ordinaria y no a la consuetudinaria corre el riesgo de ser mal vista por su comunidad. La expulsión de la comunidad de origen es un castigo de enormes consecuencias para la vida de un hombre o de una mujer, sea cual sea su edad. Cuestionar las tradiciones, la cosmovisión y las prácticas ancestrales del pueblo propio puede derivar en el rechazo unánime del colectivo.
De esto saben mucho las mujeres que desde hace años buscan esa complementariedad que otros les niegan pero que ellas defienden como la única forma de pervivencia. Marcharse o colocarse en el límite de ser expulsada es un paso que no se da a la ligera. Por ejemplo, ¿Qué puede pasar si las mujeres aymaras de Chile deciden no ceder en su lucha por evitar que sus hijas, de no más de 10 años, sean “cedidas” en matrimonio?  ¿O si en Colombia, las mujeres indígenas se oponen frontalmente a la práctica de la ablación?

 

La mestiza tiene más posibilidades de sobrevivir
Si las tensiones en el centro mismo de una cosmovisión particular son patentes, más lo son las originadas cuando se ponen frente a frente las percepciones más propias de las culturas de Occidente y las de los diversos pueblos originarios. “La mestiza tiene más posibilidades de sobrevivir, para la indígena la expulsión de la comunidad puede ser fatal”, dicho durante el taller por una bogotana. De nuevo las interrogantes: ¿Hay que sacrificar los derechos individuales por los colectivos? O ¿Hay que tener los derechos individuales de las mujeres siempre presentes en los colectivos? En asuntos relacionados con violencia sexual, la pregunta cobra mayor sentido.
El reto es, tal y como lo plantea la Corporación Humanas, buscar la manera de mejorar ambas jurisdicciones, la de usos y costumbres y la ordinaria, porque es la única forma de no llevar al límite a una mujer indígena que no desea desprenderse de sus raíces. Por ejemplo, ¿Tiene sentido hablar de igualdad y de no discriminación en la cosmovisión indígena? ¿Hay cabida para estos conceptos en las culturas originarias?
Quedan muchas otras cuestiones y desafíos por delante, por ejemplo la participación política de las mujeres indígenas al interior de sus propios pueblos. La representante del pueblo wayúu lo expresa claramente y en primera persona: “Yo tengo posición política en mi comunidad pero he de enfrentar aún a mi tío materno al que no puedo pasar por encima, porque él es el representante político de mi familia. Yo culturalmente jamás podré traspasarle. La voz y la decisión pública y política siguen en manos del hombre aunque las mujeres digamos lo que se debe hacer. Pero debemos seguir la discusión porque seguimos pensando en estas tensiones, y eso a pesar de que yo quiero mantener mi identidad indígena wayúu. Las propias multinacionales me pasan por encima, por ser mujer”.
¿Es suficiente una legislación de y para los pueblos indígenas si hay mujeres indígenas que no se sienten reflejadas? ¿Tiene sentido seguir hablando de la universalidad de los derechos humanos, cuando se trata de un concepto construido desde el hombre blanco? Y una última duda varias veces planteada: ¿Qué puede ser considerado hoy en día originario dadas las transformaciones sociales, económicas, idiomáticas, culturales… provocadas o impuestas a lo largo de los siglos?
Para las mujeres indígenas y mestizas reunidas en Quito, en torno al debate justicia consuetudinaria y justicia para las mujeres indígenas -que aún está en pañales y del que la Corporación Humanas es pionera- lo importante, en estos momentos, es hacerse las preguntas adecuadas y seguir reflexionando sobre los cambios que las propias mujeres indígenas quieren provocar.


[1] Las mujeres que participaron en el taller, prefieren que sus nombres no aparezcan para no personalizar el debate.
* Crónica del taller realizado para validar el manual Incidencia de derechos humanos de mujeres, con especial énfasis en mujeres indígenas, organizado por la Corporación Humanas Ecuador, el 1 y 2 de marzo de 2012, en Quito. 


domingo, 15 de julio de 2012

Se ríen de España y de los españoles

Juan Torres López

 No he de callar, 10 jul 2012

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Leer las páginas económicas, o incluso solo las portadas, de los medios se está convirtiendo en un ejercicio de puro masoquismo: no hay manera de disimular el ridículo que está haciendo España.
Hace un mes que se aprobó el rescate de la banca española que según Rajoy resolvía el problema de nuestra economía y que mereció una surrealista felicitación del rey Juan Carlos. En este tiempo ha habido cumbres y varias reuniones de los ministros de Economía pero hasta el momento no se han fijado ni las condiciones concretas, ni qué cantidad exacta se precisa, ni cuándo comenzará a ser efectivo. Se hacen declaraciones contradictorias diciendo un día blanco y otro negro pero siempre se insiste en lo mismo: hay que seguir rebajando gastos y derechos y reduciendo los ingresos de los trabajadores. Lo que era la solución resulta que lo ha empeorado todo y nadie, sin embargo da cuentas de ello.

Se han reído de nosotros. El objetivo es salvar a la banca alemana, que es lo que de verdad les interesa, pero quieren hacerlo con las máximas garantías y eso obliga a que el rescate sea uno definitivo, directamente sobre la economía española y con la garantía directa del Estado. El de los 100.000 millones para los bancos no era sino una salva porque resulta infumable: nadie puede entender que si es a los bancos a quien hay que rescatar se haga responsable de ello a los ciudadanos en su conjunto. Por eso, para provocar el grande, están dejando que nos precipitemos al abismo, no porque la cuantía de nuestra deuda pública sea excesiva, como dicen, sino porque nos atan de pies y manos y nos empujan ante los inversores. Simplemente haciendo lo que está haciendo el Banco Central Europeo, nada de lo que haría un banco central auténtico, bastará para que seamos intervenidos en poco tiempo y para que nuestra economía sea puesta bajo control directo y permanente de los acreedores alemanes. Queda muy poco tiempo para que las comunidades autónomas se declaren sin liquidez y para que el propio Estado, con tipos en los mercados superiores al 7% u 8% se reconozca incapaz de hacer frente a sus compromisos de pago. Esa es la secuencia inevitable que producen las medidas que se están tomando.

Si lo que quisieran de verdad fuese salvar a nuestra economía y al euro no harían lo que están haciendo ni nos seguirían obligando a tomar medidas que van a hundir más la demanda, la generación de ingresos, o incluso la posibilidad de que paguemos la deuda que dicen querer que paguemos. Si desearan realmente frenar la presión de los mercados bastaría que el Banco Central Europeo fuese lo que no es, y que se adoptara una estrategia de creación de actividad y empleo para toda Europa en el marco de un pacto global de rentas, pero es que no buscan eso. Quieren que la prima de riesgo siga subiendo para extorsionar más fácilmente y acelerar lo que revestirán como una situación de emergencia que no admita retóricas. Se ríen de nosotros porque lo que van buscando es someter a nuestra economía y no a salvarla en un marco de cooperación y unión europeas.

 La última tomadura de pelo de quienes se pasan todo el día diciendo que hay que respetar a los mercados y dejarlos que actúen con plena libertad ha sido salvar una vez más la cara de los bancos permitiendo valorar sus activos a precios “razonables” en el marco de una agencia inmobiliaria sui generis, como ya adelantamos que harían en nuestro libro Lo que España necesita. Es decir, que una vez más se pasan por el forro lo que establecen libremente los mercados que tanto dicen respetar: si el precio razonable no es el que fijan los mercados ¿para qué puñetas sirven? Se ríen de nosotros porque una vez más nos están robando delante de nuestra mismos ojos.

En España es nuestro propio gobierno quien se ríe de nosotros engañándonos sin piedad.
El ministro de Economía alaba sin descanso a las autoridades europeas, agradece sus propuestas razonables y jura y perjura que haremos todo lo que sea necesario para contentar a los mercados, porque es lo que más nos conviene. Pero, justo al mismo tiempo, el de Asuntos Exteriores suplica al Banco Central Europeo (donde hemos perdido la influencia que teníamos, aunque tampoco podamos decir que la hayamos utilizado precisamente a nuestro favor) para que intervenga contra los mercados y ponga formes a los especuladores.

Un alarde de discurso coherente y de sincera estrategia compartida. El ministro de Hacienda, que ya ocupa la cartera por segunda vez, reconoce que ha de subir el IVA porque es un incompetente que no sabe hacer que todos paguen lo que tiene que pagar y Cospedal se consolida como la mayor y más desvergonzada demagoga del reino. Ahora carga contra la función pública sin caer en lo que ella tendría que ser la primera en recordar: que en España hay menos trabajadores públicos en relación con la población activa total que en la media de los Quince, que se gasta menos en retribuirlos, que nuestro sector público es bastante más reducido que el de los países más avanzados y competitivos de nuestro entorno, y que esos seres despreciables a los que se refiere y a los que ya está poniendo en la calle son los maestros o los médicos de los hijos de familias que no pueden pagarse servicios privados, por cierto, casi siempre de peor calidad que los públicos a pesar de que disponen de más recursos y de que no asumen todas sus cargas. Y olvidando, sobre todo, que la función pública con la que quieren acabar fue la mejor e imprescindible solución para evitar que las oligarquías de los partidos (de las que ella forma parte) se hicieran dueñas del Estado en perjuicio de la mayoría de la población.

Pobre España y pobre pueblo español, tan silencioso y obediente. Vibra de patriotismo cuando gana La Roja pero enmudece cuando le roba una potencia extranjera o cuando su gobierno le miente y le traiciona.

http://blogs.publico.es/juantorres/2012/07/10/se-rien-de-espana-y-de-los-espanoles/