Porque es el jefe de un estado no democrático, creado gracias al fascismo italiano. Estado sin derechos, misógino y machista, basado exclusivamente en una fe. Como defensores de un estado democrático y laico nos parece inadmisible.
Porque exigimos la abolición de los Concordatos con la Santa Sede firmados durante la monárquica Transición y fruto del nacional-catolicismo, que le concede a la Iglesia privilegios únicos en el mundo. Las Iglesias deben ser subvencionadas sólo por sus fieles.
Porque los fastos papales, retransmitidos por TV3, televisión pública, nos costarán una fortuna, cifra que nunca conoceremos por la opacidad de una administración en campaña electoral. No queremos una Barcelona en estado de sitio porque el Papa venga a pasearse en su auto por sus calles como lo hizo el Caudillo, el Rey o la Infanta.
Porque la Iglesia ingiere en los asuntos de Estado presionando en temas como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y su derecho a la adopción, la investigación con células madre, el uso del preservativo, …
Porque la Iglesia fue activamente partícipe del golpe de estado contra la República democráticamente elegida por el pueblo siendo parte del aparato represor de la dictadura. Siendo por tanto responsable de los crímenes de lesa humanidad cometidos contra los antifascistas. En vez de pedir perdón ha hecho santo al creador de la poderosa secta Opus Dei, parte del aparato franquista.
Porque la Iglesia delató, vejó, sus monjas fueron crueles carceleras, sus curas condenaron a muerte, expolió bienes, robó niñas y niños. Fue la dueña de la educación abusando de psique y cuerpo de criaturas que fueron violadas, abusos que aún se producen y que todavía hay miedo a denunciar. La Iglesia goza de total impunidad y sigue ejerciendo su poder, como lo hizo secularmente explotando y manteniendo en la ignorancia al pueblo.
Os convocamos el jueves 4 de noviembre a las 19 horas, en la plaza Sant Jaume, para decirle al Papa que nosotros no lo esperamos ¿y tú?
http://agenciabarreiroforever.blogspot.com/2010/11/por-que-no-esperamos-al-papa.html
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