viernes, 3 de diciembre de 2010

Es la política, tonta

POR ANA FIGUERAS CASTELLANO (*) PARLAMENTARIA DE IUN/EZKER BATUA - Viernes, 3 de Diciembre de 2010
Los fines de semana, los amigos nos sentamos a la mesa y, por lo general, solemos resolver los problemas de España y hasta del mundo.
En estos momentos coincidimos en que los poderes que gobiernan el mundo son los llamados mercados, eso que no se sabe muy bien qué es, pero que nos amarga la existencia. Y los poderes democráticamente elegidos doblan el espinazo sin ninguna intención de incomodarlos. Europa, referente del Estado social, deja de ser el espejo en el que mirarse, y ahora se trata de ser como los países emergentes. Sin derechos.
Es la hora de la política. Es el momento de que la ciudadanía opine si desea defender el Estado social y de derecho o por el contrario dejan hacer a los mercados.
Aunque no lo parezca, lo difícil es cuando aterrizamos en Navarra. Parece mentira, pero tenemos una dificultad enorme en dar con una solución satisfactoria para lograr que la izquierda haga realidad la ansiada y legítima pretensión de ser primeros actores en la política de nuestra Comunidad.
Perdimos una oportunidad de lograrlo en el año 2007, pero no se trata de lamernos las heridas en este momento. Debemos darnos una segunda oportunidad, como en los matrimonios ¿por qué no en política?
Esa oportunidad la tenemos en mayo de 2011. Y el trabajo apremia para lograr el objetivo de que la izquierda y el llamado progresismo coticen al alza.
Sabemos, porque nos lo dicen las encuestas, que la clase política, en vez de ser la solución, se nos percibe por la ciudadanía como un problema. Esto es tremendo, pero permítanme opinar que, si no hubiera clase política democráticamente elegida que, representara mejor o peor a la ciudadanía, existirían fórmulas como el populismo o el fascismo. Por tanto debemos hacer un esfuerzo y lograr que los políticos sean reconocidos como las personas que intentan, con mayor o menor fortuna, solucionar problemas con la connivencia social.
Y en eso estamos algunos que pertenecemos a la clase política en este momento. En Navarra se observa un panorama completamente abierto en lo que respecta a la configuración del futuro Parlamento. La derecha se presenta dividida, el nacionalismo da un paso adelante en la consecución de su proyecto soberanista, y la izquierda intenta agruparse un poco mas.
Pero a mi entender, no vale sólo con agruparse y sumar, aunque está bien, los votos de IU y Batzarre. Es el momento y la oportunidad de multiplicar en la medida de lo posible los efectos de la suma de ambas organizaciones.¶ Para lograr este objetivo no cabe más que abrir nuestras respectivas organizaciones a los que pueden tener un interés en sumar su voluntad a este proyecto. Es hora de que opinen sin necesidad de estar afiliados en nuestra organización. Es el momento de pedirles que se interesen simplemente por el debate político al que estamos llamados.
En definitiva, es el momento de crear las condiciones para que lo hagamos suficientemente atractivo como para que el 22 de mayo de 2011 los ciudadanos muevan el trasero de la silla y vayan a votar.
Este deseo se debe traducir en realidad, poniendo los partidos políticos toda una batería de acciones que modifiquen los modos, formas y maneras de dirigirnos a la sociedad y hacer política.
Siendo menos sectarios, abriendo las puertas a aquellas personas que sienten la misma necesidad de cambio que nosotros, sin exigir ninguna filiación, poniendo por delante las cosas que nos unen y no la que nos separan.
IU y la izquierda en general estamos abocados a hacer una propuesta diferente que ilusione en política. Los modos tradicionales han servido en su momento, ahora si queremos escuchar lo que nos reclaman los ciudadanos debemos adaptarnos a las necesidades de ellos. Y hacer un discurso abierto a las personas, claramente de izquierdas, y que posibilite el cambio real con formas nuevas de participación y lenguaje compresible
La política, el debate de los problemas y posibles soluciones, es un arte noble que desarrollamos las personas. Hablemos de política y de las prioridades de los ciudadanos, y en último extremo confeccionemos las listas para ocupar los puestos en las instituciones con el ánimo de dar respuestas a las necesidades reales, no a las inventadas.
Es la hora de la política, tonta, me dicen mis amigos con total acierto. Les creo y tengo en mis manos la oportunidad de trasladar esta reflexión al conjunto de la ciudadanía.
La política interesa, hagamos que sea atractiva. Que se hable de lo que importa, de la situación actual, de la pobreza y miedo que favorece el descontrol de los mercados y la inacción de la política.
Consigamos que los jóvenes españoles entre 15 y 24 años, que mayoritariamente pasan de la política porque les aburrimos con nuestro lenguaje, consideren que para cambiar la percepción de pesimismo que ven en su futuro, tienen el derecho de exigirnos soluciones y nosotros el deber de encontrarlas.

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