Miércoles 22 de agosto de 2012
La resistencia en Paraguay no cesa. Además de las movilizaciones públicas que los medios convencionales silencian, muchas de las organizaciones contrarias al Golpe de Estado de junio participaron en el denominado Foro Social Paraguay Resiste. Estas son algunas de sus conclusiones en un país acosado por las multinacionales del agronegocio...
Las organizaciones que participaron en el Foro Social Paraguay Resiste,
celebrado los días 14 y 15 de agosto, le han puesto nombre y apellidos a
los golpistas y a los que están detrás de ellos: “el golpe capitalista
fue implementado por los partidos: Asociación Nacional Republicana (ANR –
Partido Colorado), Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Partido
Patria Querida (PPQ), Partido Democrático Progresista (PDP) y Unión
Nacional de Ciudadanos Éticos (UNACE), representantes indiscutibles de
la oligarquía entreguista; los medios masivos de comunicación, los
intereses de clase de particulares y trasnacionales que no responden a
las necesidades de nuestro pueblo, empobrecido por estos mismos partidos
e intereses, y en alianza con el poder legislativo y judicial”.
En la carta final que incluye el pronunciamiento del Foro, los firmantes consideran que los sucesos de Curuguaty fueron utilizados para ejecutar un golpe de Estado contra un Gobierno legitimado en las urnas y ven detrás de todo este movimiento antidemocrático una pérdida de soberanía sustancial para Paraguay que se traducirá en un magnífico negocio para la empresa Río Tinto Alcán en el sector de la agroindustria.
La Carta del Foro denuncia que el gobierno ilegítimo de Federico Franco consolida el fin de la agricultura campesina e indígena a favor del agronegocio controlado por una élite (el 3% de la población) que controla “el 85% de las tierras, el 90% de los medios de comunicación, el 70% de las cadenas de supermercados y el 80% de la importación de alimentos, bebidas, agroquímicos y semillas transgénicas”. Un ejemplo reciente autorización del Gobierno de Franco del uso de semillas transgénicas para la siembra de maíz y de algodón.
De hecho, se ha podido confirmar que el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas inscribió el pasado 7 de julio en el Registro Nacional de Cultivadores Comerciales la variedad de algodón transgénico de la multinacional Monsanto, del tipo “BT”. Por ello, la Federación Nacional Campesina de Paraguay (FNC) anunció este martes 21 de agosto que marcharán en rechazo a esta política.
La resistencia paraguaya, mucho más dinámica de lo que quieren silenciar los medios convencionales de ese país y del exterior, alerta de que “el golpe contra el estado paraguayo que rompió el proceso democrático constituye una amenaza para toda la región. Existen riesgos de que se repita lo ocurrido en Honduras, donde se criminalizaron las luchas sociales y asesinaron a luchadoras y luchadores”. De hecho, como ejemplo, el medio crítico E’a denunciaba ayer que la policía de Franco desalojó de forma violenta a unas 130 familias del asentamiento Guido Almada I del distrito de Juan de Mena, Departamento de Cordillera. “Unos 20 camiones de policías, un promedio de 600 uniformados, acompañados de carros hidrantes se llegaron hasta el departamento en la madrugada de este martes 21 de agosto para desalojar con violencia y proceder a la quema de las viviendas, según relataron algunos afectados”.
El difícil camino de Paraguay
En el Foro Social se ha analizado el difícil recorrido que ha hecho la sociedad paraguaya para lograr un modelo democrático y se reconoció que “durante el Gobierno [de Fernando] Lugo se crearon espacios de participación de los sectores populares, pero no se generaron todos los espacios necesarios para garantizar que las voces del pueblo incidan realmente en las decisiones de los dirigentes”. Por tanto, “sigue vigente la deuda histórica del Paraguay con relación a la reforma agraria integral, la recuperación de tierras malhabidas, las reivindicaciones de los pueblos originarios, la participación y violencia contra las mujeres, explotación de la niñez y adolescencia, pobreza extrema, inequidad social, acceso universal a la salud, educación pública de calidad, falta de justicia, problemas de empleo y vivienda, y la participación efectiva”.
El golpe de Estado, por ello, es más frustrante aún… procesos muy incipientes e inmaduros han sido frenados en seco por las oligarquías del país y los colonizadores externos. Tal y como señaló en el Foro el investigador social Marcos Glauser, autor de Extranjerización del Territorio Paraguayo, “cada vez más tierras y recursos de Paraguay quedan en manos de propietarios extranjeros. Esta extranjerización implica una pérdida de derechos por parte de campesinos y pueblos indígenas, y debilita la soberanía del Estado. Es además una de las causas de la expulsión de miles de habitantes rurales que se convierten en pobres marginados urbanos”. El censo de 2008 señalaba que un 25% de las mejores tierras del país eran propiedad de inversionistas extranjeros, en su mayoría brasileños, muy centrados en el agronegocio. Glauser señala que a la agroindustria y a la minería hay que sumar una tercera amenaza para Paraguay: las conocidas como BINGO (Big International Non Governmental Organisations). “Las BINGO son las mayores receptoras de recursos económicos destinados a la protección y conservación de la naturaleza a nivel mundial. Con su enorme poderío económico y político, las BINGO han impulsado la proliferación de áreas protegidas privadas”. Una forma de despojo 2.0.
Los reclamos
Ante todos estos hechos, el Foro denuncia “la profundización de las medidas de seguridad violentas, en contraposición a políticas públicas que garanticen la calidad de vida de los pobladores de nuestro país”; la falta de interés por aclarar lo ocurrido durante los hechos de Curuguaty que desembocaron en el golpe de Estado, y, de forma muy clara, “la entrega de la soberanía de nuestro país con el decreto de autorización para aprobar la entrega a Rio Tinto Alcán, acuerdo preparado para vender la soberanía energética de nuestro país por 30 años, con precios miserables, contaminando el ambiente, violando las normas laborales y los derechos humanos en general. Igualmente entrega de soberanía con la concesión de explotación de hidrocarburos chaqueños a la transnacional Dahava, y la liberación ilegal de eventos transgénicos de algodón y maíz de la empresa Monsanto”.
La declaración final del Foro Social Paraguay Resiste se compromete a mantener la lucha y hace un llamado a la unidad tanto a lo interno como en Latinoamérica. Os recomendamos leerla de forma íntegra aquí.
http://otramerica.com/radar/paraguay-resiste-a-la-ofensiva-del-agronegocio-contra-la-soberania/2301
En la carta final que incluye el pronunciamiento del Foro, los firmantes consideran que los sucesos de Curuguaty fueron utilizados para ejecutar un golpe de Estado contra un Gobierno legitimado en las urnas y ven detrás de todo este movimiento antidemocrático una pérdida de soberanía sustancial para Paraguay que se traducirá en un magnífico negocio para la empresa Río Tinto Alcán en el sector de la agroindustria.
La Carta del Foro denuncia que el gobierno ilegítimo de Federico Franco consolida el fin de la agricultura campesina e indígena a favor del agronegocio controlado por una élite (el 3% de la población) que controla “el 85% de las tierras, el 90% de los medios de comunicación, el 70% de las cadenas de supermercados y el 80% de la importación de alimentos, bebidas, agroquímicos y semillas transgénicas”. Un ejemplo reciente autorización del Gobierno de Franco del uso de semillas transgénicas para la siembra de maíz y de algodón.
De hecho, se ha podido confirmar que el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas inscribió el pasado 7 de julio en el Registro Nacional de Cultivadores Comerciales la variedad de algodón transgénico de la multinacional Monsanto, del tipo “BT”. Por ello, la Federación Nacional Campesina de Paraguay (FNC) anunció este martes 21 de agosto que marcharán en rechazo a esta política.
La resistencia paraguaya, mucho más dinámica de lo que quieren silenciar los medios convencionales de ese país y del exterior, alerta de que “el golpe contra el estado paraguayo que rompió el proceso democrático constituye una amenaza para toda la región. Existen riesgos de que se repita lo ocurrido en Honduras, donde se criminalizaron las luchas sociales y asesinaron a luchadoras y luchadores”. De hecho, como ejemplo, el medio crítico E’a denunciaba ayer que la policía de Franco desalojó de forma violenta a unas 130 familias del asentamiento Guido Almada I del distrito de Juan de Mena, Departamento de Cordillera. “Unos 20 camiones de policías, un promedio de 600 uniformados, acompañados de carros hidrantes se llegaron hasta el departamento en la madrugada de este martes 21 de agosto para desalojar con violencia y proceder a la quema de las viviendas, según relataron algunos afectados”.
El difícil camino de Paraguay
En el Foro Social se ha analizado el difícil recorrido que ha hecho la sociedad paraguaya para lograr un modelo democrático y se reconoció que “durante el Gobierno [de Fernando] Lugo se crearon espacios de participación de los sectores populares, pero no se generaron todos los espacios necesarios para garantizar que las voces del pueblo incidan realmente en las decisiones de los dirigentes”. Por tanto, “sigue vigente la deuda histórica del Paraguay con relación a la reforma agraria integral, la recuperación de tierras malhabidas, las reivindicaciones de los pueblos originarios, la participación y violencia contra las mujeres, explotación de la niñez y adolescencia, pobreza extrema, inequidad social, acceso universal a la salud, educación pública de calidad, falta de justicia, problemas de empleo y vivienda, y la participación efectiva”.
El golpe de Estado, por ello, es más frustrante aún… procesos muy incipientes e inmaduros han sido frenados en seco por las oligarquías del país y los colonizadores externos. Tal y como señaló en el Foro el investigador social Marcos Glauser, autor de Extranjerización del Territorio Paraguayo, “cada vez más tierras y recursos de Paraguay quedan en manos de propietarios extranjeros. Esta extranjerización implica una pérdida de derechos por parte de campesinos y pueblos indígenas, y debilita la soberanía del Estado. Es además una de las causas de la expulsión de miles de habitantes rurales que se convierten en pobres marginados urbanos”. El censo de 2008 señalaba que un 25% de las mejores tierras del país eran propiedad de inversionistas extranjeros, en su mayoría brasileños, muy centrados en el agronegocio. Glauser señala que a la agroindustria y a la minería hay que sumar una tercera amenaza para Paraguay: las conocidas como BINGO (Big International Non Governmental Organisations). “Las BINGO son las mayores receptoras de recursos económicos destinados a la protección y conservación de la naturaleza a nivel mundial. Con su enorme poderío económico y político, las BINGO han impulsado la proliferación de áreas protegidas privadas”. Una forma de despojo 2.0.
Los reclamos
Ante todos estos hechos, el Foro denuncia “la profundización de las medidas de seguridad violentas, en contraposición a políticas públicas que garanticen la calidad de vida de los pobladores de nuestro país”; la falta de interés por aclarar lo ocurrido durante los hechos de Curuguaty que desembocaron en el golpe de Estado, y, de forma muy clara, “la entrega de la soberanía de nuestro país con el decreto de autorización para aprobar la entrega a Rio Tinto Alcán, acuerdo preparado para vender la soberanía energética de nuestro país por 30 años, con precios miserables, contaminando el ambiente, violando las normas laborales y los derechos humanos en general. Igualmente entrega de soberanía con la concesión de explotación de hidrocarburos chaqueños a la transnacional Dahava, y la liberación ilegal de eventos transgénicos de algodón y maíz de la empresa Monsanto”.
La declaración final del Foro Social Paraguay Resiste se compromete a mantener la lucha y hace un llamado a la unidad tanto a lo interno como en Latinoamérica. Os recomendamos leerla de forma íntegra aquí.
http://otramerica.com/radar/paraguay-resiste-a-la-ofensiva-del-agronegocio-contra-la-soberania/2301
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