martes, 30 de noviembre de 2010

De la intransigencia de Rouco al dinero de Buruaga en COPE

  • GRACIANO PALOMO

    30/11/2010




Tres razones para no hacer la X para la Iglesia

-¿Acaso es más grave utilizar un condón que abusar de un niño?
-¿Acaso es más grave, a la luz del Evangelio, usar preservativo que proteger a los corruptos o a los asesinos de Irak?
Soy católico convicto y confeso. Por ancestro, por cultura, por convencimiento intelectual. Porque no hay otra cosa. Pero abomino de esa jerarquía eclesiástica negra, oscura, reprimida que en muchos casos predica una cosa y practica la contraria como aquellos fariseos/mercaderes que Jesús de Nazareth expulsó a latigazos del Templo.

Se han puesto de los nervios porque el Papa Ratzinger, ¡que ya es decir!, ha justificado el uso del preservativo en determinados supuestos. ¿Están locos de remate? ¡Pero en qué mundo viven! ¿Pero qué Dios defienden? No el reino del Cristo que nació en Belén. Se reúnen ellos mismos, redactan grandes panfletos que ni dios lee, ni a nadie interesan y se creen ya por ello la luz del mundo. ¡A ver si aprenden de monseñor Nicolás Castellano, que deja el oropel y la vida muelle en su palacio arzobispal de Palencia y se van a vivir con los pobres en el altiplano de Bolivia! ¡Eso es mensaje! ¡Eso es ejemplo cristiano!

Caritas
Resulta extraordinaria la labor de las organizaciones católicas que se dedican “full time” al servicio de los más necesitados. Me descubro ante ese ejercicio de cristianismo verdadero. Conozco a muchos de ellos y, en general, están en posiciones muy distantes de la jerarquía. Por ellos he puesto siempre la X para la Iglesia en mis IRPF, pero ni siquiera eso lo justifica ya. A ver si se van enterando de que la Iglesia tiene que venir al mundo y no viceversa. Han pervertido el enorme mensaje cristiano.

Ya habrá otras formas de compensar a esta buena gente seguidora del mensaje de Jesucristo y que entregan su vida por sus semejantes.

Algunos jerarcas estarían con el Séptimo de Caballería; yo y los fieles de base estaríamos siempre con los modestos, indefensos y pacíficos sioux. ¡Ya va siendo hora de decirles a estos purpurados las verdades evangélicas! Se irán directamente a ser pasto de las calderas de pedro botero. Con preservativo incluido.

Rouco, el hermano coco
Ahí tienen, sin ir más lejos, a ese integrista redomado que por echar broncas no se para ni ante el equipo nacional de fútbol. Rouco, cara de vinagre, además de ser un fraguistaindisimulado de toda la vida, qué demonios vende este monseñor si hasta su sobrina, harta de mangoneos y mentiras, le hizo mangas y capirotes posando desnuda en la portada de Interviú. Luego abraza efusivamente a responsables del genocidio de Irak (Aznar). Y ejecuta al amanecer a los curas que han decidido estar entre los marginados y excluidos. ¡Fariseos!

La Iglesia no es suya
Si el PSOE no es de Rodríguez Zapatero, ni el PP de Aznar, la Iglesia no es de Rouco y sus cuates. Ni de las monjas, ni curas, ni del Opus Dei, ni de los Legionarios, ni de los kikos. La Iglesia, demonio, es de todos los cristiano, independientemente de cómo entiendan el mensaje evangélico. Mucho más, de los pobres, de los excluidos por encima de los poderosos y de los instalados de cualquier condición.

¡Ya va siendo hora de que se enteren!

COPE
Largan grandes discursos acerca de la moral empresarial y económica. Pero luego tienen una cadena de emisoras, claramente identificable políticamente, donde violan sus propios códigos éticos y morales. Para empezar en el pastón que le pagan, por ejemplo, a ese locutor sin chispa (por ser caritativos) que dice llamarse Ernesto Sáenz de Buruaga, más falso que la mula de Pilatos, y con menos talento que lo que cobra un becario de la emisora. ¿Piden la X para pagar casi dos millones de euros a este sujeto? ¿Cómo tienen vergüenza? ¿No se les caerá el cilicio o el birrete? 

¿Ideario? ¿Qué ideario? Sí, la pasta y el contubernio.

Los jóvenes pasan
El último informe sociológico sobre la juventud española debería ser un aldabonazo para la Iglesia. Una cura de humildad y después de pasar por el confesionario. Los jóvenes no es ya que critiquen, pasan. Respetan, los que lo conocen que son cada día menos, el Evangelio y las propuestas vitales de Jesús, pero no están dispuestos a subirse a la grupa de esos señores obispos a los que les parece más grave tener relaciones prematrimoniales o usar un trocito de látex que abusar de niños, niñas y dios que lo fundó.

Sencillamente no les creen. Y no les creen porque su prédica es vana.
Merecería esa jerarquía un mínimo respeto si estuvieran con los débiles, con los desvalidos, con los marginados, con los excluidos. No, prefieren estar con Aznar, con Buruaga (viene a ser lo mismo pero en letra minúscula), con Bush, con Botín (buena pasta ha soltado con lo de la próxima visita del Papa) y antes con Mario Conde.
Y con todos esos mandamases, ¿necesitan mi X para comer?

¡Váyanse al infierno!

Graciano Palomo es periodista y escritor, director de FUNDALIA y editor de IBERCAMPUS.ES

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