Juzgar otras violencias

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Mesa de redacción
por joseba santamaria - Miércoles, 10 de Marzo de 2010
El conflicto competencial entre la Audiencia Nacional y la magistrada navarra Paz Benito Osés para juzgar a las personas detenidas por su vinculación al grupo violento de derechas Falange y Tradición será resuelto en el Tribunal Supremo. La negativa del juez Ismael Moreno a asumir este caso tendrá seguramente profundas razones jurídicas, pero éstas no ocultan una evidente doble vara de medir a la hora de afrontar delitos contra la libertad de pensamiento de los ciudadanos y la memoria histórica según quiénes sean las víctimas. Los detenidos, acusados por la investigación policial de ataques fascistas contra la memoria histórica, pintadas neonazis y amenazas de muerte en Navarra contra cargos públicos de NaBai y ANV, parecen contar con la suerte de que nadie quiere asumir el alcance real del peligro de su ideología extremista de derechas. Quienes protagonizaron esos ataques y amenazas de muerte buscaban alterar la paz y practicar la violencia de persecución contra sus víctimas por el hecho de ejercer su libertad de pensamiento y expresión. Parece evidente que las actuaciones de violencia de los grupos de derechas no pueden ser observadas, ni política ni jurídicamente, con benevolencia o desinterés. Sin olvidar que al mismo tiempo por esa misma Audiencia Nacional desfilan grupos de jóvenes a los que se les juzga por la supuesta quema de cajeros o contenedores y la fiscalía les pide decenas de años de cárcel. Aunque cabe recordar que el Tribunal Supremo ya rechazó considerar a los GAL, responsables de 26 asesinatos políticos, banda armada. Es lo que tiene aplicar diferentes varas de medir para aplicar la justicia.