sábado, 18 de septiembre de 2010

Europa, a la deriva

Editorial

Las deportaciones de gitanos en Francia han provocado en la UE otra grave crisis, tras el incomprensible apoyo de los presidentes -Zapatero incluido- a Sarkozy, que cuestiona su capacidad jurídica, política y sancionadora

Sábado, 18 de Septiembre de 2010

La política de deportaciones colectivas de gitanos rumanos y búlgaros impulsada por el Gobierno de Sarkozy ha supuesto un nuevo varapalo al proyecto de construcción de la Unión Europea. Por supuesto, los primeros perjudicados han sido los cientos de romaníes que han sido trasladados a sus países de origen bajo la excusa de que ocupaban campamentos ilegales. En realidad, los gitanos han sufrido las consecuencias de su condición de pobreza y exclusión y su expulsión vulnera el Derecho Comunitario, que establece que no se puede proceder en el territorio de la UE a la expulsión de ninguna minoría étnica de forma colectiva. El Gobierno derechista de Sarkozy se escuda en que las expulsiones han sido individuales, una evidente falsedad que se sumó a otras anteriores y que originó el enfado de Viviane Reding, comisaria de Justicia y Derechos Fundamentales de la UE. Reding anunció la apertura de un proceso sancionador a Francia que Sarkozy ya ha anunciado que no acatará, además de insistir en que seguirán las expulsiones. También pierde la imagen democrática de una Francia fundadora y motor de la construcción europea, tanto en su ámbito económico como en el del modelo de protección social del Estado de bienestar y de protección jurídica basado en los derechos humanos. Y, por supuesto, tras el incomprensible respaldo unánime de los presidentes de los 27 estados de la UE a Sarkozy, una absurda solidaridad corporativista que prefirió eludir el fondo de la cuestión -la xenófoba decisión de un gobierno de la UE de expulsar a ciudadanos comunitarios por su condición étnica y de pobreza-, para aferrarse a las duras formas que empleó en sus críticas la comisaria Reding, vuelve a perder la Unión Europea. Un proyecto cada vez más alejado del sueño que impulsaron personas como Monnet y Schuman, y sobre todo cada vez más desconectado de los intereses de sus propios ciudadanos, que engrosan las filas del euroescepticismoante la evidencia de que la UE se reduce a un conglomerado burocrático, de muy alto coste, ineficaz a la hora de desarrollar una Europa más democrática, más justa y más solidaria, e incapaz de imponer los valores comunes a los intereses particulares de cada Estado. Que Zapatero y Rajoy coincidieran en esa misma posición deja en muy mal lugar a un presidente del Gobierno que alardea de centrar buena parte de su proyecto político en el desarrollo y protección de los derechos de los ciudadanos.
http://www.noticiasdenavarra.com/2010/09/18/opinion/editorial/europa-a-la-deriva

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